PAN,
testaferro del PRI
Por:
Sanjuana Martínez - julio 16 de 2012
A los votantes del PAN debería de importarles la entrega
de nuestra democracia que Josefina Vázquez Mota y Gustavo Madero pretenden
consumar con el PRI. No es la primera vez que el PAN negocia un fraude
electoral con el PRI. Hizo lo mismo hace 24 años cuando avaló la presidencia
cuestionada de Carlos Salinas de Gortari a pesar de las serios cuestionamientos
de un fraude electoral perpetrado con la famosa “caída del sistema” de Manuel
Bartlett. El PAN fue capaz de sacrificar a su candidato Manuel J. Clouthier.
La cúpula dirigente ignoró la movilización ciudadana
encabezada por Maquío junto a Cuauhtémoc Cárdenas y doña Rosario Ibarra de
Piedra para protestar por el fraude electoral. El candidato presidencial del
PAN lo dijo: “El sistema de cómputo se cayó porque los representantes de los
partidos de oposición en dicho sistema descubrieron un banco de datos ya con
resultados, apenas dos horas después de concluida oficialmente la jornada
electoral”.
Maquío, a quien conocí y he admirado siempre por su
integridad y compromiso con la democracia –una lucha que continúan sus hijos Tatiana,
Rebeca y Manuel–, denunció la ruptura de la legalidad y creó un movimiento de
resistencia civil para exigir la repetición de las elecciones. Maquío era un
hombre valiente y enfrentó la ira de la escolta de Miguel de la Madrid que
incluso llegó a cortar cartucho en su cara.
Exigió la apertura de los paquetes electorales e impugnó
las elecciones: “¿Valdrá la pena negarse a la revisión de los paquetes a costa
de la legitimación y autoridad moral del próximo gobierno?”. Al final, el PAN
ratificó los resultados electorales que permitieron la presidencia de Salinas
de Gortari, uno de los sujetos más dañinos para nuestra débil democracia.
Maquío siguió luchando y realizó una huelga de hambre, del 15 al 22 de
diciembre de 1988, en protesta por las denuncias de fraude electoral.
Quienes criticaron el gabinete alternativo de Andrés
Manuel López Obrador surgido luego de las elecciones del 2006, deberían
recordar que fue Maquío quien el 12 de febrero de 1989 presentó a su gabinete
en la sombra para vigilar las acciones gubernamentales del Presidente
ilegítimo. Allí quedó la foto tomando protesta de Diego Fernández de Cevallos,
Jesús González Schmall, Fernando Canales Clariond, Francisco Villarreal Torres,
Rogelio Sada Zambrano, María Elena Álvarez Bernal, Vicente Fox, Carlos Castillo
Peraza, Luis Felipe Bravo Mena, María Elena Álvarez Bernal y Moisés Canale
Rodríguez. ¿Cuántos de los miembros de este gabinete alternativo han
traicionado después los principios democráticos?
El PAN negoció con el PRI la “legitimidad” de la
presidencia de Salinas de Gortari, pudo pactar su entrada al poder doce años
después y benefició a los elites empresariales y de la Iglesia católica con
reformas cocinadas en la sombra. No le importó la digna lucha de Maquío, la
movilización ciudadana, ni la protesta social encabezada por su más grande
líder. En estas elecciones seriamente cuestionadas por el fraude, el PAN repite
historia de manera vergonzosa.
Acepta negociar en
la sombra con el PRI y en este momento se reparte el botín del Estado, un
negocio próspero que nutre a los villanos, traidores y zopilotes del sucio
sistema político que los mexicanos seguimos padeciendo injustamente. Por eso,
Josefina ¿diferente? se apresuró a aceptar su derrota con el dos por ciento de
los votos computados, por eso Madero se adelantó a declarar que el PAN no iba a
impugnar las elecciones, por eso el PAN reconoció como “presidente” a Enrique
Peña Nieto, por eso los panistas guardan un silencio ominoso ante las
evidencias de fraude electoral.
Los votantes del PAN deben preguntarse en la intimidad de
su conciencia moral si esta actitud poselectoral repetitiva del partido que
eligieron es ética y decente. Deben preguntarse si los panistas honrados como
Maquío avalarían dicha aberración, deben tener la nobleza para aceptar el error
y sumarse a la resistencia civil pacífica que en su momento encabezó el gran
Manuel Clouthier y que ahora defiende Andrés Manuel López Obrador. Aquí no se
trata de colores o partidos, se trata del futuro de México, de evitar la imposición
de un candidato seriamente cuestionado por el fraude.
La anulación de las elecciones es un derecho de los
mexicanos consagrado en la Constitución. Merecemos unas nuevas elecciones
marcadas por la equidad y la limpieza, por la certeza de los resultados. No
podemos aceptar la suciedad de unos comicios que se vendieron a través del
hambre y la miseria de millones de ciudadanos sumidos en esa condición por un
gobierno indigno. Felipe Calderón fue el gran operador de la negociación con el
PRI de Peña Nieto. Ambos se pusieron de acuerdo para repartirse el despojo de
la riqueza de este país, ambos formaron parte del teatro de la noche electoral;
uno saliendo prematuramente a declararlo ganador y el otro levantando
tímidamente el brazo triunfador manchado por el fraude.
La resistencia civil pacífica es necesaria ante el
atropello del expolio del sufragio efectivo que nunca será sufragio con
efectivo. Más allá de la responsabilidad de Monex, Soriana y el PRI, está la
responsabilidad del PAN, un partido que se suma a la ignominia de “negociar”
las componendas del poder y convertirse en el PRIAN. No permitamos una vez más
la imposición. Participemos en la protesta desde nuestro lugar, formemos parte
de la resistencia. Luchemos hasta el final.
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