En la imagen tomada de Reforma se observa una de las casas de campaña de los jóvenes agredidos.
México.- La violencia no tiene límites. Lo que para 85 personas, la mayoría menores de edad, era un retiro espiritual terminó siendo un infierno, luego de que un comando de 13 personas, entre ellas una mujer, irrumpió violentamente en el campamento donde pernoctaban en una zona boscosa de Ixtapaluca, estado de México.
El hecho se perpetró en el Parque Ecológico Colibrí, ubicado en el poblado Llano Grande, el jueves cerca de la medianoche, donde los sujetos armados llegaron de manera intempestiva lanzando disparos al aire.
En un lapso de 3 horas, no sólo despojaron a las víctimas de sus pertenencias, también abusaron sexualmente de siete mujeres, dos de ellas menores de edad.
Una campista relató al diario Reforma las horas de terror que vivieron:
"Empezaron a disparar en el centro del valle, empezaron a sacarnos de las tiendas de campaña y ponernos en un punto de reunión, con las manos en la nuca boca bajo".
Las 85 personas estaban distribuidas en nueve tiendas de campaña pequeñas y una carpa de lona grande con el equipaje.
Ante el Ministerio Público, las víctimas relataron que el comando separó a las niñas de los hombres y después colocó a todos boca abajo.
"Empezaron a golpear, pidieron que se parara la representante; la persona que iba moviendo a las personas la agarraron y fue a la que llevaban de tienda en tienda para que sacara celulares dinero, todo lo que lleváramos", externó una joven que estaba afuera del Centro de Atención Ciudadana de Ixtapaluca.
Durante el tiempo que estuvieron amagados, los campistas no podían levantar la mirada y si alguien lo hacía inmediatamente era obligado a bajar la cabeza con la culata de las escopetas. En tanto, los ladrones fumaban y bebían.
El campamento de verano, que era la última actividad del grupo de jóvenes cristianos que se reúne cada sábado en parques de Coapa, se ubica a la altura del kilómetro 56 de la Carretera federal México-Puebla. De la pluma de acceso al punto del campamento los separaban 7.5 kilómetros, una zona sin cobertura telefónica.
Las 85 personas estaban distribuidas en nueve tiendas de campaña pequeñas y una carpa de lona grande con el equipaje.
Ante el Ministerio Público, las víctimas relataron que el comando separó a las niñas de los hombres y después colocó a todos boca abajo.
"Empezaron a golpear, pidieron que se parara la representante; la persona que iba moviendo a las personas la agarraron y fue a la que llevaban de tienda en tienda para que sacara celulares dinero, todo lo que lleváramos", externó una joven que estaba afuera del Centro de Atención Ciudadana de Ixtapaluca.
Durante el tiempo que estuvieron amagados, los campistas no podían levantar la mirada y si alguien lo hacía inmediatamente era obligado a bajar la cabeza con la culata de las escopetas. En tanto, los ladrones fumaban y bebían.
El campamento de verano, que era la última actividad del grupo de jóvenes cristianos que se reúne cada sábado en parques de Coapa, se ubica a la altura del kilómetro 56 de la Carretera federal México-Puebla. De la pluma de acceso al punto del campamento los separaban 7.5 kilómetros, una zona sin cobertura telefónica.
Ya que los atacantes tenían en su poder el dinero y las pertenencias de los campistas, pidieron las llaves de dos autos particulares propiedad del grupo, y advirtieron que cuando se retiraran, las víctimas tenían que permanecer hasta las 06:00 horas o volverían para matarlos.
Por ese motivo, fue hasta ayer por la mañana cuando los líderes del grupo pudieron comunicarse telefónicamente con sus familiares, quienes enviaron dos camiones para regresarlos.
Juan Carlos Palafox, abogado de los afectados, señaló que por la forma en que operaron los agresores, suponen que se trataba de un grupo muy organizado que conoce el lugar.
Por ese motivo, fue hasta ayer por la mañana cuando los líderes del grupo pudieron comunicarse telefónicamente con sus familiares, quienes enviaron dos camiones para regresarlos.
Juan Carlos Palafox, abogado de los afectados, señaló que por la forma en que operaron los agresores, suponen que se trataba de un grupo muy organizado que conoce el lugar.
Los delincuentes se robaron un Chevy, un Pontiac, 40 celulares, 40 cámaras fotográficas y de video y poco más de 15 mil pesos en efectivo.
El grupo cristiano está integrado en su mayoría por jóvenes del Sur del Distrito Federal y su base de acción es Coapa.
Con información de Reforma
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